Los colores en el Feng Shui traen consigo una importante carga energética y simbólica en el la casa, estas son uno de los elementos empleados para crear balance en los distintos espacios del hogar. El Feng Shui es un sistema de armonización energética de ambientes, basado en las creencias tradicionales del pueblo chino, la ubicación de las estructuras y la organización, interior y exterior, de las mismas.
Al utilizar la frecuencia vibratoria de los distintos colores, que conforman el espectro prismático, es posible crear un ambiente positivo o negativo, dependiendo de la energía que aportan los tonos elegidos.
Por otra parte, la falta de uno de los colores o la combinación poco armoniosa de varios, puede generar situaciones nocivas para los ocupantes de la vivienda o negocio. Lo mismo sucede cuando existe exceso de colores, lo cual puede llevar a las personas a padecer de irritabilidad, accesos violentos y depresión.
Los colores en el Feng Shui, más utilizados son: rojo, naranja, verde, amarillo, azul, negro, violeta, gris, rosado, y blanco. A la hora de realizar un estudio de Feng Shui, se toma en consideración no sólo la manifestación pura de estos colores, sino también los subtonos.
La idea es determinar qué energía se quiere estimular en una habitación o estancia (alegría, amor, prosperidad, vitalidad), y cual se desea anular o equilibrar, para mantener el bienestar de sus ocupantes.
Rojo – Pasión. Vitalidad. Movimiento. Sexualidad. Poder. Su uso es recomendado en negocios y oficinas. El exceso de rojo puede conducir a episodios de violencia y agresividad.
Naranja – Vigor. Prosperidad. Atracción. Abundancia. Su uso es recomendado en habitaciones de adultos mayores. El exceso de naranja suele asociarse con falta de concentración, ansiedad e insomnio.
Verde – Esperanza. Inocencia. Fertilidad. Naturaleza. Su uso es recomendado en el comedor. El exceso de verde ocasiona distancia afectiva y anula la empatía.
Amarillo – Alegría. Dinero. Comodidad. Su uso es recomendado en habitaciones de bebés. El exceso de amarillo genera intolerancia.
Azul – Tranquilidad. Inteligencia. Intuición. Su uso es recomendado en dormitorios de adolescentes. El exceso de azul dificulta las comunicaciones.
Negro – Protección. Autosuficiencia. Formalidad. Rectitud. El exceso de negro ocasiona depresión e indiferencia.
Violeta – Espiritualidad. Paz. Su uso es recomendado para las salas. El exceso de violeta conlleva fanatismo y aislamiento de la realidad.
Gris – Equilibrio. Tradición. Justicia. Sinceridad. El exceso de gris corta la prosperidad.
Rosado – Amor. Ternura. Comprensión. Su uso es recomendado en habitaciones de parejas. El exceso de rosado es asociado con melancolía.
Blanco – Fuerza. Pureza. Individualidad. Creatividad. Su uso es recomendado en las cocinas. El exceso de blanco conlleva distanciamiento afectivo y falta de compromiso.
Esto no quiere decir que decoraremos una determinada estancia únicamente con el color y los subtonos que le son favorables, (ejemplo: utilizar solo amarillo en la habitación del bebé o lilas y violetas en la sala). Una situación así generaría un exceso de color, que igualmente resulta perjudicial. Tampoco se trata de redecorar toda la casa de la noche a la mañana, cambiando pinturas, objetos y muebles.
Los cambios pueden hacerse de forma sutil, incluyendo o sustituyendo elementos paulatinamente (cortinas, cojines, sillas, etc.) permitiendo a los ocupantes de la estancia adaptarse a ellos y corroborar si la inclusión de nuevos tonos les resulta benéfica, o por el contrario, atenta contra su energía personal.
El Libro del Feng Shui, de autor desconocido y difundido en formato digital por Internet, explica de forma sencilla qué colores contrarrestan, suavizan o equilibran un determinado tono.
Los colores son contrarrestados cuando existe un exceso de ellos; asimismo son suavizados cuando forman parte de los tonos dominantes, pero no son los únicos; y se les equilibra, cuando solo hay un elemento del tono seleccionado en la estancia que debe ser balanceado con otro, para garantizar la armonía.
El mencionado texto (El Libro del Feng Shui) indica que:
El color rojo se contrarresta con verde; se suaviza con rosado; y se equilibra con azul.
El color naranja se contrarresta con azul; se suaviza con verde suave; y se equilibra con gris.
El color amarillo se contrarresta con turquesa; se suaviza con verde y blanco; y se equilibra con anaranjado.
El color azul se contrarresta con naranja; se suaviza con verde; y se equilibra con rojo o púrpura.
El color verde se contrarresta con marrón; se suaviza con verde claro; y se equilibra con índigo.
El color blanco se contrarresta con negro; se suaviza con plateado; y se equilibra con cualquier color.
El color negro se contrarresta, suaviza y equilibra con cualquier color.
El color violeta se contrarresta con naranja; se suaviza con rosado; y se equilibra con blanco y dorado.
El color gris se contrarresta con rojo o naranja; se suaviza con plateado; y se equilibra con negro o blanco.
El color rosa se contrarresta con rojo; se suaviza con amarillo o violeta; y se equilibra con blanco.
Fuente : Wemystic
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